LA FORMACIÓN DE LA PARROQUIA DE CASTELLDEFELS

    A finales del siglo XI, la Iglesia vivió una importante reforma. El papa Gregorio VII, enfrentado con el emperador, decidió separar el poder político del religioso. Así se fijaba la posición de la iglesia en el nuevo ordren feudal que se instauraba. En diciembre de 1077 se reunió en Gerona el primer sínode reformador, pero encontró una fuerte oposición en el grupo de los clérigos.[23] No fué hasta el 1088 en que el segundo succesor de Gregorio, el papa Urbá II, retomó la tarea, enviando nuevos legados para controlar a los clérigos. Un de ellos era Frotard, abad de Thomières. Entre el 1077 y el 1088, Frotard se había apoderado injustamente del monasterio de San Cugat, expulsando a los monjes, sustituyéndolos por franceses. El Obispo de Barcelona, Bertrán, reclamó los derechos episcopales: como cabeza de diócesis, exigía el control del monasterio. A principios del 1090, el papa ordenó a Frotard traspasar San Cugat a Roma. Al año siguiente, se decidió también que Frotard retirase a los monjes franceses de San Cugat, devolviéndolo a los antiguos.

    Por otro lado, a Bertrán de Barcelona le fue prohibido el uso de los derechos episcopales que los cánones acordaban a los obispos. La estrategia consistía pues, en el término de Aramprunyá, en que Santa María de Castelldefels, propiedad de San Cugat, saliera del obispado, y pasara a depender exclusivamente de Roma.

    En el 1100 se produce otro hecho que facilitará a Aramprunyá una amplia reorganización: el abad de San Cugat, Berenguer, es nombrado entonces obispo de Barcelona. De este modo se acabaron los enfrentamientos entre San Cugat y el obispado. El nuevo obispo-abad, entre los años 1100 y 1106, hará elevar al rango de parroquia la antigua iglesia de Santa María de Castelldefels.[24] Su término parroquial es definido con los mismos límites que el actual: del mar a las montañas, y de la Roca de Gavá hasta el Garraf. Creemos que esta consagración afectó también al resto de parroquias e iglesias de Aramprunyá.

    El sentido de la reordenación eclesiástica del término se basó en la unificación de las parroquias de la montaña (las que dependían del obispo) con las de la plana (hasta entonces propiedad de San Cugat). De este modo, las tierras de Viladecans fueron incorporadas a la parroquia de San Climent de Llobregat, vinculación que mantuvieron hasta el siglo XVIII,[25] y la Madre de Dios de Sales dejó de ser iglesia parroquial, incorporándose a San Climent. También la antigua parroquia de San Miguel de Aramprunyá se reorganizó, quedando Begues para las tierras bajas y la iglesia de San Pedro, asumiendo los mismos límites que el actual término municipal de Gavá. San Pedro dejó de depender de San Cugat, y formaba, junto con San Miguel de Aramprunyá, una única parroquia con dos iglesias. Es por este motivo que desde entonces, en los documentos sólo se habla de la "parroquia de San Pedro y San Miguel de Aramprunyá",[26] y el rector lo será al mismo tiempo de "San Miguel y San Pedro de Gavá",[27] apelativo que se mantunvo hasta bien entrado el siglo XV, cuando el castillo y la iglesia de San Miguel fueron destruidos per las tropas de la Generalitat. En poniente, San Vicenç de Campdàsens conservó su independencia, mientras que San Cristòfol de Begues, aún y seguir siendo parroquia, pasó a depender de San Cugat, probablemente como compensación hacia el monasterio por la pérdida de San Pedro de Gavá. Pese a todo, en una visita pastoral del 1342, se declaró que San Cristòfol pertenece al citado monasterio.[28]

[23] Por todo lo que sigue, P. Kehr, El papado y el Principado de Cataluña hasta la unión con Aragón, "Estudios Universitarios Catalanes", Vol. XIV, Barcelona 1929, pp. 289-323.
[24] Archivo de la Catedral de Barcelona, Diversorum C (c), carp. 2, núm. 1. Reproducido por R. Ordeig, Inventario de las Actas de consagración y dotación de las iglesias catalanas, Años 1101-1125, "Revista Catalana de Teología", vol. XIII/2, (1988), doc. 284, p. 398-400.
[25] J. Eixarch, Las raíces históricas de Viladecans. Siglos XII-XVIII, Viladecans 1989, p. 128.
[26] Ver los documentos citados en las notas 11, 12, 13 i 14 de la sección III de este trabjo.
[27] Se conserva un documento en el Libro de la Baronía de Aramprunyá, actualmente en paradero desconocido, de título "Obligaciones del Rector de San Miguel y San Pedro de Gavá". El documento no está fechado, pero parece remontarse al siglo XIV. Reproducido por F. de Bofarull, El castillo y la baronía de Aramprunyá, ap. XVII, p. 180.
[28] C. Solans, M. R. Bondia, Tierra y hombres en Begues, Begues 1994, p. 18.